Con esa frase el actor que hace de Magallanes le responde a un policía, una respuesta para un momento en que un oficial de la policía quiere preguntarle mas. Frase de una película que te inquieta desde el inicio, será la buena historia del libro de Alonso Cueto, el guion adaptado que lo hicieron posible, las buenas interpretaciones de los actores o las imágenes de una ciudad que uno conoce lo que mas te atrae de este film. Se ven escenas en la iglesia Santa Catalina Laboure de VMT, la playa Conchan, calles de Chorrillos, el puente cerca al estadio nacional. Las historias de los personajes se entrecruzan como en el film Shorcuts: Magallanes el militar retirado que labora como taxista interpretado por el actor mejicano Damián Alcázar, el actor colombiano Jairo Camargo en el papel del policía. Una mujer en problemas económicos que sigue talleres de emprendedores interpretada por Magaly Solier, el militar retirado que no recuerda nada interpretado por Federico Luppi, su hijo el abogado que no desea escándalos interpretado por Christian Meier. El amigo de Magallanes, otro ex militar interpretado por bruno Odar. El hilo conductor de la historia son una fotos que nos remiten a los años de la subversión en los ochentas. El guion mantiene su interés hasta el final, no se entretiene en flashbacks. Así como en el futbol hay finales que el espectador ve venir, así en el film sus personajes van encaminándose a un final que parece sacado de una noticia policial. Buena la primera incursión de Salvador del Solar como director. Véala antes de que salga de cartelera.
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